Todo depende del supermercado y del baño público del que se hable. Hay cadenas de supermercados en los que la limpieza de sus carritos se convierte en protocolo y rutina diaria.
Durante la pandemia, todos los supermercados, ofrecían guantes, papel y líquido desinfectante para evitar las contaminaciones cruzadas del Sars-cov2 a través de las superficies de contacto más habituales en sus locales: carritos, estanterías… después de ser usados.
Y no sólo se habla de la barra desde la que se maneja el carrito sino que en muchas ocasiones nos encontramos con utensilios para el transporte y carga de la compra con restos de comida en su interior e incluso, lo más abundante que suele ocurrir, con guantes e incluso mascarillas.
A lo largo de los últimos años muchos estudios de la cantidad de microorganismos presentes en estos bienes de equipamiento comercial se han realizado. Los resultados determinan que la presencia de patógenos en ellas superan ampliamente los niveles deseables.
Un estudio de la Universidad de Arizona afirma que estos carritos son más sucios incluso que un baño público. De hecho, solo en el mango, hay más de un millón de gérmenes. El estudio corrobora otros realizados con anterioridad en Austria, Corea del Norte y España, y aseveran que, el 72% de los carros de la compra tiene bacterias coliformes, originarias de las heces y asociadas con malas condiciones sanitarias.
Otro estudio realizado por la empresa americana Reusethisbag, compara la cantidad de patógenos presentes en los carros de diferentes tipos de supermercado. Concluyó que en el 75% de los carros había presencia de bacterias gram-negativas perjudiciales para la salud. Este tipo de bacterias en general, pueden ser peligrosas ya que su capa exterior se camufla y es más difícil de ser detectadas por el cuerpo humano. Además, pueden ocasionar infecciones graves hasta producir el shock séptico.
Así como un tercer estudio que se hizo en tres supermercados en Las Palmas de Gran Canaria en 2018, analizó las asas, cestas y asientos de niños de 85 carros de distintos supermercados. Se encontraron hasta 5 tipos de patógenos, destacando la bacteria Klebsiella pneumoniae.
Todo esto viene a demostrar, que muchos de estos carros muestran niveles de patógenos más elevados que en baños públicos, aeropuertos o centros comerciales. Todos estos estudios deberían hacer reflexionar, a las cadenas de distribución y los fabricantes de carros y cestas de la compra, acerca de la necesidad de ofrecer unas mejores condiciones higiénicas a sus clientes durante la experiencia en sus establecimientos, ya sea mediante la implantación de soluciones preventivas y a largo plazo, como Biomaster, además de los correspondientes protocolos de desinfección y limpieza entre usos.